domingo, 12 de mayo de 2013

Importancia de la Cultura Organizacional con relación a la planificación estratégica de Recursos Humanos



























Centro Universitario de Oriente
Maestría en Gerencia de Recursos Humanos
Curso: Planeación Estratégica de Recursos Humanos
Catedrática:  M. A. Claudia Esmeralda Villela



Ensayo:
Importancia de la Cultura Organizacional con relación
a la planificación estratégica de Recursos Humanos

Estudiante:    Blanca Hortencia Duarte Castañeda
Carné:                       9150956

LA LECCIÓN DE LA VACA




ANÁLISIS DE NOTICIA


Universidad de San Carlos de Guatemala
Centro Universitario de Oriente
Maestría en Gerencia de Recursos Humanos


Curso:             Planeación Estratégica de Recursos Humanos
Catedrática:     M. A. Claudia Esmeralda Villela



Análisis de Noticia Semanal



Estudiante                                         Carné
ü Elder Fernando Cetino                              9740058
ü Ruth Nohemí Gaborit Madrid
ü Blanca Ofelia Rodríguez Javier                 200618052
ü Blanca Hortencia Duarte Castañeda         9150956
ü Raúl Geremías Nova Martínez


Chiquimula 7 de Abril de 2,013

INTRODUCCIÓN
Aproximarse conceptualmente a la prevención del delito y la violencia no es una tarea fácil, ya que en la práctica, las tipologías y recomendaciones que se señalan en la literatura especializada siguen siendo materia de debate. Se trata de un nuevo paradigma en la búsqueda del bienestar social. De una forma de trabajar donde se incluye la participación de los tres ámbitos de gobierno; de las instituciones de seguridad pública; de instancias gubernamentales de los sectores: salud, educación, desarrollo social; del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación; de la iniciativa privada, y de organizaciones de la sociedad civil que tienen como elemento común el interés de trabajar para prevenir la violencia y la actividad delincuencial.
Las transformaciones sociales, políticas y culturales, si bien forman parte del desarrollo de la comunidad, también han dado lugar al aumento de la inseguridad tanto en las grandes ciudades como en las zonas rurales. Factores como la pobreza y desigualdad económica; la falta de planificación de una acelerada urbanización; la carencia de empleos y expectativas de vida contradictorias; el tráfico y abuso de drogas; la disponibilidad de armas, entre otros, han incrementado las conductas violentas y debilitado la convivencia social.
 El análisis histórico de este grave problema social revela, más bien, que se trata de un comportamiento aprendido a través de las relaciones interpersonales dentro de la familia, el entorno social y las instituciones educativas; además de los medios masivos de comunicación que difunden patrones de conducta agresivas y violentas.










CACIF presenta Perspectivas del Sector Empresarial II
En el marco del Encuentro de Desarrollo Departamental: Démosle Chance a las Verapaces, llevado a cabo en Cobán el jueves 15 de noviembre, el Comité Coordinador de Asociaciones Agrícolas, Comerciales, Industriales y Financieras (CACIF) presentó a la opinión pública la segunda edición de Perspectivas del Sector Empresarial, un documento de análisis desarrollado por PROA, la unidad estratégica de la cúpula empresarial de Guatemala.
Por: Redacción Estrategia & Negocios
Según dio a conocer CACIF, En esta edición, la revista está centrada en el tema de la Prevención de la Violencia: Jóvenes, Valores y Participación Ciudadana, pues dadas las condiciones que se presentan actualmente en Guatemala, se puede decir que el país tiene, por un lado, una percepción mayoritaria de inseguridad ciudadana, fruto de la violencia en todos sus órdenes y, por otro, una potencialidad enorme que le permitiría alcanzar nuevas cotas de desarrollo, si se dieran las circunstancias propicias para encauzar su rumbo.
En este sentido, el Sector Empresarial percibe que buena parte de los problemas que el país enfrenta se pueden superar a través de iniciativas que procuren incidir en la formación de la juventud, recuperar los valores humanos que construyen sociedad y fortalecer la participación ciudadana.
“Este camino es posible, pero implica un cambio decisivo de actitud, que permita retomar el sendero del optimismo, incluso frente a la evidencia de circunstancias poco idóneas. Por eso, urge perfilar un mejor futuro para nuestro país, a partir de las cosas buenas que hacemos o que podemos empezar a hacer. Sin embargo, esta ruta precisa de un número significativo de personas, bien formadas y dispuestas a trabajar con ahínco para transformar el rumbo del país”, indica el comunicado de CACIF.
Por esta razón, en el documento se dedican varios análisis en esta línea, para deducir algunas ideas que pueden servir de referencia a la sociedad guatemalteca para generar un cambio de cultura. El primer tema es Jóvenes y educación: rutas actuales a nuevas fronteras, en la que se considera el tema desde la experiencia de un personero de Empresarios por la Educación, que hace un diagnóstico de la cuestión y propone sendas oportunas para lograr nuevos paradigmas en la educación, que tienen que ver con elevar la calidad académica y, principalmente, promover un cambio de cultura de los docentes a través de un sistema de mérito y excelencia.
“En este sentido, para que la educación constituya una plataforma de superación para el país, se propone el tema Saber vivir los valores de siempre, en el que se analizan algunas causas que han provocado que la generación actual carezca de valores esenciales en su diario vivir o los vivan de forma equivocada. La coyuntura nos invita a terminar con esta cultura de contravalores. La propuesta es volver a nuestros patrones éticos y asumirlos juntos con la certeza de que es la única forma de cambiar”, se agrega.
Y el último tema, se titula Voltear a ver para otro lado, en el que el autor reflexiona sobre la importancia de hacer frente a los males que aquejan a la sociedad, a través de un decidido programa de participación y activismo de los ciudadanos. “En este sentido, el propósito del artículo es generar la inquietud por comenzar en pequeños espacios a hacer la diferencia. Según esta perspectiva, está muy claro que la acción cívica y comunitaria, el forjar el carácter de los nuevos ciudadanos y construir sobre los buenos ejemplos, así como de construir los malos, puede ser una ruta interesante para sofocar la génesis de la violencia que nos agobia y transformar nuestro entorno a uno más seguro”, puntualiza el documento.


ANALISIS DEL CASO: NOTICIA SEMANAL
Cada año más de 1.6 millones de personas pierden la vida y muchas más sufren lesiones no mortales como resultado de la violencia autoinfligida, interpersonal o colectiva.
La violencia es una de las principales causas de muerte en todo el mundo para la población de 15 a 44 años de edad (Informe mundial sobre la violencia y la salud, de la Organización Mundial de la Salud de 2002).
 La preocupación por entender y elaborar políticas públicas de prevención de la violencia y del delito ha cobrado gran relevancia en numerosos países del mundo. Una de las variantes más preocupantes del comportamiento delictivo es el protagonizado por jóvenes y menores de edad.
Fenómenos sociales como los niños de la calle, la deserción escolar, el analfabetismo, la exclusión y el comercio ilegal de armas de fuego han acentuado este proceso. El aumento de la criminalidad se desarrolla en un contexto caracterizado además por el crecimiento del tráfico y del abuso de drogas.
En este sentido, la investigación internacional indica la existencia de factores de riesgo que se asocian al desarrollo del comportamiento delictivo en jóvenes (y en la población en general), y que en algunos casos permiten construir perfiles de riesgo que orientan la focalización de políticas preventivas.
Factores comunitarios y sociales
Los factores comunitarios y sociales se refieren a situaciones y acontecimientos a nivel social que podrían desencadenar la delincuencia y la violencia. Por ejemplo, la desigualdad de ingresos podría provocar frustración económica, la que a su vez podría originar violencia económica.
Con frecuencia, la violencia en los medios de comunicación es una importante influencia en el comportamiento agresivo, no sólo entre los niños (violencia juvenil, pandillas), sino también entre adultos (violencia doméstica, violación).
La facilidad de acceso a armas de fuego constituye otro factor de riesgo comunitario y social.
Las normas culturales también pueden constituir un factor de riesgo, específicamente, cuando en general el castigo corporal de los niños y el derecho de un esposo a controlar a su esposa por todos los medios, son prácticas culturales aceptadas (M. Buvinic, A. Morrison, M. Shifter, 1999).
Guatemala recibe noticias de violencia, corrupción, abandono y falta de oportunidades como si fuese el pan de cada día, viviendo y reviviendo en cada noticia escenarios fatales que enlutan familias, dañan la imagen de unos y el futuro de otros.

¿Qué son los factores de riesgo?
El psicólogo Andreas Hein, en su libro  Factores de riesgo y delincuencia juvenil, afirma que las manifestaciones de la delincuencia juvenil, se asocian a la presencia de múltiples factores de riesgo. Por lo que las acciones de prevención del delito deben dirigirse a la reducción de los mismos.
Los factores de riesgo son: “variables que pueden afectar negativamente el desarrollo de las personas” (A. Hein, 2000: 2). Además, son definidos como elementos y aspectos que aumentan la probabilidad de ocurrencia de la violencia y el delito.
El mismo autor menciona que los factores de riesgo pueden ser clasificados en 6 ámbitos de procedencia, que se listan a continuación: Factores individuales: bajo coeficiente intelectual, pobre capacidad de resolución de conflictos, actitudes y conductas de riesgo (uso y abuso de alcohol y drogas), hiperactividad, temperamento difícil en la infancia, frustración, ansiedad y depresión.
Factores familiares: baja cohesión familiar, estrés familiar, desintegración familiar, vivencia de maltrato, estilos parentales coercitivos.
Factores ligados al grupo de pares: pertenencia a grupos de pares involucrados en actividades riesgosas (comportamiento delictivo, consumo de drogas, por ejemplo).
Factores escolares: violencia escolar, falta de reglas y límites claros en la institución, relaciones poco afectivas, etc.
Guía básica de prevención de la violencia en el ámbito escolar
Factores sociales o comunitarios: bajo apoyo comunitario, estigmatización y exclusión de actividades comunitarias.
El estudio denominado “Área de alta criminalidad” ha llevado a establecer que existen ciertas características del área de residencia (zonas de alta incidencia delictiva) que influyen en el desarrollo del comportamiento juvenil delictivo (Rutter y Hagell, 1998).
La relevancia de ello obedece a que, de acuerdo con lo descrito, los jóvenes que abandonan áreas de alta concentración de delitos reducen la frecuencia de comportamientos infractores de ley, pese a que se mantienen constantes otros factores de riesgo. Las áreas de alto crimen impactan en el desarrollo de niños y adolescentes y son producto de un inter-juego entre políticas de vivienda, de empleo y procesos social-comunitarios.
Factores socioeconómicos y culturales: desventajas económicas y desempleo juvenil. 
Por sí mismos, éstas parecen no representar un riesgo, pero al asociarse con otros factores tienen una mayor probabilidad de afectar el desarrollo de la persona.
En la investigación internacional se ha establecido que la pobreza influye de manera indirecta sobre la generación de violencia. Los miembros de la familia al sufrir situaciones de marginalidad quedan expuestos a desarrollar problemas como depresión, conflicto, hostilidad parental y desorganización de funciones familiares. Esto se traducirá en un deterioro de su capacidad para brindar apoyo y supervisión en las actividades del niño (Rutter y Hagell, 1998).